Es sábado de carnaval en Barranquilla y Karen Steinberg está a punto de acabar con su vida. Abre con sigilo el armario de su padre y saca el arma que se encuentra escondida en un doble fondo. Pero hay algo que se empeña en torcer sus planes y, en lugar de la paz de la muerte, la comparsa del rey Momo con sus monocucos y su música irrumpe en la calle robándole el precioso instante en que se dispone a apretar el gatillo. Las lágrimas corren por sus mejillas y le nublan los ojos, recuerda que un día igual a este, su padre llegó a esa ciudad después de haber sobrevivido al exterminio nazi. A su memoria acude una vez más la historia de su padre, su niñez feliz, y el amor recién descubierto en una isla remota. Al rememorar algo se ha quebrado... Aplaza su propósito por el momento, pero ella tiene la certeza de que la decisión está tomada y que ha de llevarla a cabo. Vuelve la pistola al lienzo, la enrolla con cuidado y se acerca al armario para dejarla en su sitio. Al tratar de introducirla en el hueco en el que estaba oculta, nota que hay algo más. Con el calzador metálico de su padre forcejea para atraer hacia sí el objeto, y contempla emocionada cómo ante sus ojos aparece el estuche de cuero del talit de Ariel, y el bello manto de plegarias de seda con guardas azules que envuelve a su vez un marco de plata con una foto de su abuela Hannah. A pesar de estar la foto en blanco y negro, se aprecian la claridad de sus ojos, sus rubios bucles, su austera indumentaria. De su cuello cuelga un precioso medallón esmaltado, con un elaborado borde de oro y, en su centro, en alto relieve, la letra hebrea Jai. Vida.
A partir de ahí, con excepcional intensidad y una precisión narrativa que recuerda a Toni Morrison, Ana María Corredor teje en El medallón escarlata una intrincada tela de araña en la que el hado va extendiendo sus hilos por diferentes escenarios: la isla caribeña de Providencia, Viena, Shanghái, Hamburgo, Barranquilla, Bogotá, Aquisgrán, París, las selvas de la Amazonía y de la Sierra Nevada de Santa Marta. Una historia hecha de historias donde la opulencia y la pobreza extrema, la mezquindad y la nobleza, la santería, la prostitución, el narcotráfico y la revolución, se entrecruzan hasta que el poder del amor se manifieste en los ojos vidriosos de una adolescente que se desangra en mitad de la selva. Una oda a los designios divinos que, aun en medio de la guerra, la miseria y la muerte, nos devuelve la fe en la existencia.
Ana María Corredor (Bogotá, 1970) Estudió Ciencia Política en la Universidad de los Andes. Ha sido Directora de Marketing, Gerente Comercial y General de empresas privadas y multinacionales, asesora de gobiernos y consultora internacional. En 2016 fundo la plataforma de emprendimiento y asesoramiento a mujeres MERAKIU.COM de la que es CEO. Es igualmente cofundadora de las plataformas POSITIVELAB.EU y SEASTERSPROJECT.ORG. Su labor en emprendimiento social ha sido reconocida a nivel internacional: en 2018 fue invitada a hablar en la ONU y desde 2023 lidera el Área de Emprendimiento Social del G100 para Colombia. Es autora de varios ensayos sobre política y democracia que han sido publicados en foros especializados. Su vocación literaria la ha desarrollado paralela a su actividad profesional. En 2008 se formó en el Taller de Escritores de la Universidad Central de Colombia. Es autora de numerosos relatos y ha participado en la antología (Des)Amor. La tribu de los corazones rotos, publicada en 2023. El medallón escarlata, su deslumbrante primera novela, nos muestra con una habilidad poco común la fuerza y la manera única de afrontar la existencia de cada una de las ocho mujeres de toda suerte y condición que le inspiraron la historia.
FICHA TÉCNICA
Formato 140x215
444 páginas
ISBN 978-84-92821-41-9
PVP 21,90€
Año de edición: 2025
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