En una residencia de ancianos pasa voluntariamente sus últimos días un escritor de escaso éxito en otra época, al cual admiran, sin embargo, todos los que componen su microcosmos. El director lo agasaja continuamente con café, frutas escarchadas y pastas y lo cita a menudo en su despacho para consultarle las más diversas cuestiones. Los celadores y el personal administrativo del asilo lo tratan siempre con veneración. Sus compañeros y compañeras lo invisten de una autoridad que nuestro protagonista entiende a duras penas... En esta particular residencia de ancianos, tan disparatada a veces, hay un club de lectura en el que se lee con obstinación la enigmática obra del escritor norteamericano B. Wayne El círculo de John Locke, del que el atribulado escritor se ve obligado a hacer la exégesis cada vez. Tal insistencia en la lectura de esta obra llega a oídos de una remota Corporación estadounidense que se ocupa de velar por la memoria y la obra B. Wayne, su igualmente ignoto autor. Una sustanciosa donación de la Corporación y el anuncio de la visita de sus delegados para supervisar el acto de la nueva lectura programada, provoca que se cree en la residencia una Comisión de Evaluación de Proyectos Decorativos para la Lectura de El Círculo de John Locke, la cual deberá encargarse de organizar un evento a la altura de tan insignes visitantes. Pero dada la trascendencia que tendrá el acontecimiento, las autoridades locales quieren formar parte también de esa Comisión, lo que quizás pueda ser un elemento desestabilizador. Entre tanto, el anciano residente recibe cartas de admiradoras y conocidos. Es prácticamente su único contacto con el exterior, tan difícil de alcanzar... Paisajes desde el asilo está narrada con una soltura y una gracia admirables, con esa finísima ironía marca de la casa que logra como ninguna otra cosa sustraerle la pesadez al mundo. Hugo Abbati construye una vez más en esta novela una inolvidable galería de personajes a cual más excéntrico, al tiempo que muestra su habilidad para abordar las emociones más complejas y para plantear las cuestiones de mayor calado (la soledad, la incomunicación, nuestra propia fatuidad, el lenguaje, la creación artística...) con fascinante naturalidad. Una obra que se aleja de la literatura de circunstancias, que derrocha imaginación e inteligencia. Una obra maestra en términos absolutos.
Hugo Abbati era médico psiquiatra. Nació en Argentina y residió en España durante más de treinta años. Hasta su jubilación, fue coordinador del Equipo de Salud Mental de Ronda y profesor titular de la Escuela Universitaria de esa misma localidad. Durante veinte años fue el organizador además de las Jornadas de Equipos de Salud mental de Andalucía, las cuales recuerdan bien los participantes por su sentido anárquico y amistoso. Su carrera como escritor la inició muy joven en Argentina, donde publicó Los Virus de Marzo (novela) y Rumba, la Música del Mundo (teatro). Siguió escribiendo cuando se trasladó a España, pero ya no publicó nada hasta que en 2010 apareció su novela Correspondencias. Nunca demostró especial interés en publicar, pero el convencimiento de sus lectores y amigos de que se trataba de una obra de altísima calidad, propició que se publicara en 2012 la siguiente, En el campo, y otra más, Dos conversan (donde Beckett perdió el poncho), en 2015. Todas ellas se publicaron en esta misma editorial. Antes de su muerte, acaecida el 16 de junio de 2019, tenía acordada la publicación de su cuarta novela, Paisajes desde el asilo, una de las varias obras que dejó inéditas.
Ficha técnica:
Formato: 140x215
412 páginas
año de edición: 2020
PVP 16,90€
ISBN 978-84-122099-0-7
Ilustracion de cubierta: Gerd Altmann
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